Reflexiones del primer foro regional de BID Cuida: Conectando los Cuidados: Aprendizaje entre gobiernos

La relevancia que han adquirido las políticas de cuidado en la conciencia pública y privada de América Latina y el Caribe sigue creciendo. Cada vez más países están liderando modelos innovadores de prestación de servicios de cuidado dada su importancia para el crecimiento económico y el desarrollo de sociedades más equitativas e inclusivas. Hace diez años Uruguay creaba su sistema nacional integrado de cuidados. Hoy hay una docena de países en la región que están construyendo sistemas integrales de cuidado –desde marcos normativos, mecanismos de coordinación entre diferentes niveles de gobierno y entre estado, empresas, y organizaciones comunitarias, mecanismos de profesionalización del trabajo de cuidado hasta sistemas para la medición de la calidad de los servicios. Recientemente, la Corte Interamericana de Derechos Humanos reconoció el cuidado como un derecho humano autónomo.
A pesar de estos avances, falta mucho para expandir la cobertura de servicios de calidad, y así responder a la demanda creciente de cuidado de niños, de personas mayores, personas con discapacidad que necesitan apoyo y de sus cuidadores. El reciente foro regional de la iniciativa BID Cuida, realizado en la ciudad de México, reunió a autoridades de nueve países de la región con quienes el BID está trabajando para aprender sobre modelos innovadores de servicios de cuidado que los gobiernos identificaron como prometedores para llevar a escala.
Se identificaron desafíos comunes: financiamiento sostenible, gobernanza, capacidad institucional, profesionalización de los cuidados y transformaciones culturales necesarias para que el cuidado no sea percibido como una responsabilidad natural y exclusiva de las mujeres, entre otros. Fue claro y contundente el llamado al BID como socio estratégico para acompañar a los países a afrontar estos desafíos con soluciones concretas. Este blog resume las principales reflexiones y aprendizajes del evento, en torno a tres ejes clave.
1. Existen modelos prometedores y aprendizajes concretos
Gobiernos, organizaciones internacionales invitadas y el BID examinaron las nueve prácticas de servicios de cuidado innovadoras destacando lo que funcionó, lo aprendido y lo que habría que mejorar a partir de la experiencia concreta. La diversidad de modelos es amplia y una sistematización de los componentes distintivos para su replicabilidad estará disponible en los próximos meses. A continuación, se brinda un panorama general de las innovaciones que están transformando el cuidado en la región:
- Programas comunitarios de cuidado (Chile, Colombia): Espacios que combinan servicios para personas cuidadoras y personas que requieren cuidados, con enfoque territorial, participación comunitaria y articulación intersectorial en zonas alejadas de centros urbanos donde organizaciones comunitarias, gobiernos municipales y nacional dialogan, diseñan y construyen modelos flexibles y soluciones contextualizadas que integran distintas modalidades de prestación de servicios socio-sanitarios en domicilio, en centros y teleasistencia.
- Atención domiciliaria (Brasil, República Dominicana): Modelos que promueven la preferencia de las personas mayores de envejecer en sus hogares, con énfasis en la formación de cuidadoras. En República Dominicana este modelo busca formalizar el empleo en el sector de cuidados, especialmente para mujeres que lo realizan en condiciones precarias, ofreciendo formación continua y certificación. En Brasil se está desarrollando un programa que integra servicios de salud y asistencia social.
- Centros de cuidado de la primera infancia en espacios laborales (Uruguay): Una experiencia pionera de corresponsabilidad social entre empresas, organizaciones de trabajadores (sindicatos) y el Estado, que brinda servicios para la primera infancia. Además, este servicio de cuidado se complementa con programas de fortalecimiento de capacidades para padres, madres, cuidadores y del personal que trabaja en centros para promover una distribución más equitativa del trabajo de cuidado entre hombres y mujeres, así como la corresponsabilidad.
- Sistemas de información para gestionar atención diurna para personas mayores (Costa Rica): Espacios que fomentan el envejecimiento activo y saludable para promover bienestar, prevenir complicaciones de la salud y hospitalizaciones a través de atención multidisciplinaria y sociosanitaria involucrando al estado, la comunidad y las familias. Este modelo utiliza un baremo de dependencia que permite identificar las necesidades de cuidados, asignar recursos con equidad y mejorar la transparencia y la rendición de cuentas.
- Modelos escalables de desarrollo integral de la primera infancia (Paraguay, Panamá, México): Iniciativas que integran servicios de salud, nutrición, estimulación temprana y apoyo familiar, con fuerte liderazgo político y visión de largo plazo. Con diferente trayectoria, estos modelos apuestan a expandir su red de servicios con una estrategia integral que prioriza la expansión de infraestructura y equipamiento adecuado, estándares de calidad y fortalecimiento del talento humano y medición del impacto de los servicios.
2. Los países enfrentan desafíos comunes para escalar modelos de cuidado
Los países destacaron desafíos similares para consolidar y escalar sus sistemas de cuidado:
- Financiamiento sostenible: Se enfatizó la necesidad de explorar fuentes innovadoras como impuestos etiquetados, canjes de deuda por servicios de cuidado y fondos solidarios. Desarrollar mecanismos de financiamiento de sistemas integrales de cuidados requiere una reingeniería fiscal y presupuestaria que mejore la eficiencia del gasto, transparencia y proyecciones de largo plazo que prioricen la inversión en los recursos humanos y servicios basados en vínculos de calidad, respeto mutuo y dignidad.
- Gobernanza intersectorial y multinivel: Los esquemas de gobernanza de los países participantes han hecho posible incorporar los cuidados como un eje transversal en los gabinetes ministeriales. Sin embargo, se debatió durante el foro, sobre qué condiciones deben reunir estas estructuras para no quedar sólo en un plano formal, sino ser mecanismos ágiles de ampliación de políticas de cuidado.
- Capacidad institucional: Muchos países carecen de sistemas de información robustos, marcos normativos actualizados y personal capacitado para diseñar, implementar y evaluar políticas de cuidado.
- Reconocimiento y profesionalización del trabajo de cuidado: Se requiere reconocimiento salarial, profesionalización y certificación de las personas cuidadoras para garantizar la sostenibilidad del sector en condiciones de trabajo dignas y la calidad del cuidado. En un contexto de transición sociodemográfica y transformación tecnológica, los cuidados emergen como una fuente insustituible de empleo. La inteligencia artificial y la teleasistencia pueden apoyar, pero nunca reemplazar la dimensión humana del cuidado.
- Cambio cultural y corresponsabilidad: Es necesario acompañar la expansión de servicios con estrategias que promuevan la corresponsabilidad en el cuidado y transformen normas sociales que perpetúan la sobrecarga en mujeres y niñas. Además, se requiere que personas, instituciones y familias cuenten con apoyos y políticas —como licencias— que faciliten la práctica del cuidado.

3. El rol del BID: acelerar inversiones, facilitar alianzas estratégicas y aprendizajes
Sobre una trayectoria sólida de dos décadas como socio clave de la construcción de sistemas de cuidado en la región, el lanzamiento de BID Cuida -nuestra iniciativa paraguas que articula esfuerzos, conocimiento y financiamiento para impulsar sistemas integrales de cuidados en América Latina y el Caribe- viene a reafirmar la agenda de cuidados como una prioridad institucional estratégica.
El BID pone a disposición de los países:
- Instrumentos financieros (préstamos basados en políticas, préstamos de inversión, facilidades, garantías, entre otros).
- Cooperación técnica no reembolsable para el diseño, implementación y evaluación de políticas.
- Espacios de diálogo, intercambio de experiencias y aprendizaje entre pares.
- Generación de evidencia y sistematización de buenas prácticas.
La agenda de cuidados en América Latina y el Caribe constituye una oportunidad histórica para avanzar hacia la equidad, la inclusión social y el desarrollo sostenible. El BID está llamado a ser un socio estratégico de los países en esta transformación colectiva. Como se dijo en el foro, “las buenas ideas no escalan solas” y para traducir el éxito local en impacto regional, necesitamos identificar los ingredientes esenciales de los modelos que funcionan, entender qué los hace replicables y construir alianzas para sostenerlos en el tiempo. La próxima publicación sobre experiencias escalables de cuidado, sistematizará estos ingredientes esenciales de los modelos de cuidado analizados durante el foro, para ofrecer soluciones concretas ante los desafíos comunes de llevarlas a escala. Si desea conocer más sobre el trabajo que engloba BID Cuida, así como los proyectos y recursos que ofrecemos, visite nuestra página web
